Pobreza y sequía, los males de los indígenas en el Chaco

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5 de
agosto, 2019
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Los pueblos guaraníes y Weenhayeek sufren un clima hostil, falta de agua potable, sequía, un suelo débil y frágil por lo que necesitan asistencia para superar estas carencias históricas

Por Roberto Patiño / El País -3 agosto, 2019

La pobreza a causa de la falta de empleo y apoyo a los emprendimientos productivos, la escasez crónica de agua, la poca educación técnica para los jóvenes y la falta de la aplicación de la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, son los males que aquejan a los más de 8.000 guaraníes, 5.000 Weenhayeek y 120 Tapietes que viven en la región del Chaco.

Si bien en esa región en el tema de equipamiento se avanzó, en los últimos años se mejoró en el tema caminero, se construyeron escuelas y centros de salud, hubo mucha inversión en cemento, sostuvo el director del Centro de Estudios Regionales de Tarija (Cerdet), Guido Cortes, pero aún existe pobreza por la falta de empleo en inversión económica para producir alimentos.

Hostil

Al trabajar con los pueblos guaraníes, que son artesanos y productores de maíz, mientras que los Weenhayeek son pescadores, recolectores y productores de miel, observaron que en ambos existe mucha pobreza, a causa del clima hostil, la falta de agua potable, la sequía en el Chaco, el suelo débil y frágil por lo que necesitan asistencia técnica para producir alimentos sin agroquímicos, capacitación, inversión en semillas y riego “para solucionar una carencia histórica”.

Apuntó que también se necesita la formación permanente de los jóvenes de esos pueblos, consideró importante que no solo deben recibir una educación formal sino también técnica para que produzcan alimentos agroecológicos y generen un autoempleo. En este sentido, se debe identificar su mercado para definir y no solo depender de las donaciones.

Por otra parte, en el caso de las mujeres indígenas los problemas son a nivel social, muchas jóvenes se casan a los 15 a 16 años, a muy corta edad tienen varios hijos, dejan de estudiar y no acceden a la educación secundaria, terciaria o universitaria, lo que les genera un nivel de pobreza y dependencia.

“En el área rural todavía falta avanzar en la aplicación de la Ley 348, si bien pueden conocerla, no hay una aplicación efectiva de esa norma, hay derechos humanos básicos que no deben ser vulnerados, por lo que se debe hacer un trabajo de prevención en escuelas y niños y adolescentes sepan dónde acudir cuando sufran agresiones”.

A su turno, la responsable de Asistencia Legal de Cerdet, Mariel Paz, apuntó que las mujeres indígenas se encuentran en la misma situación de violencia, física, sexual y psicológica que las del campo o la ciudad, la diferencia está en que ellas viven en contextos de mayor vulnerabilidad.

“Por ejemplo, cuando salen de su comunidad para ir a trabajar en la urbe como meseras, empleadas domésticas, dependientes de tiendas, o a estudiar, su cinturón de seguridad que significa su lugar de origen se rompe y se ven expuestas a la violencia sexual por parte de los patrones y dueños de comercios donde se emplean, entonces ser indígena es un factor de mayor vulnerabilidad”, argumentó.

Situación de los jóvenes en el Chaco
De acuerdo a un estudio realizado por el Cerdet sobre la situación actual del empleo juvenil y la oferta formativa en la región del Chaco tarijeño, uno de los resultados a los cuales arribó es que uno de cada cuatro jóvenes en el Chaco no estudia ni trabaja por lo que proponen brindarles oportunidades para crear alternativas de empleo basados en una educación técnica que responda a las necesidades de la región.

De acuerdo al resumen del documento, la población que se consideró para este estudio fueron mujeres y hombres entre 15 y 29 años de edad del área rural y urbana de los municipios chaqueños del departamento de Tarija: Yacuiba, Caraparí y Villa Montes.

Los resultados presentados de la encuesta realizada por este estudio revelan que el 25,74 por ciento de la población joven económicamente activa encuestada está desempleada, ya sea cesante o aspirante y de 10 jóvenes ocupados, solo dos o tres son mujeres, mientras que seis de cada 10 de ellas no gozan de autonomía económica.

También revela el desconocimiento que tienen de lo que es una carrera técnica, del tipo de formación que oferta, su utilidad y su valor y existe una tendencia a confundir lo que es una educación técnica con una capacitación laboral.

Fuente: https://elpais.bo/pobreza-y-sequia-los-males-de-los-indigenas-en-el-chaco/

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