Indígenas denuncian ante la Iglesia la depredación de la Amazonía

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27 de
agosto, 2019
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Redacción UNITAS. Foto: CEB

Representantes de comunidades y pueblos amazónicos de Bolivia denunciaron ante los Obispos de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) la depredación que hace el Gobierno a la naturaleza, particularmente a la Amazonía, a través de decretos que autorizan las quemas, y proyectos  hidroeléctricos y de exploración hidrocarburífera.

Del 24 al 26 de agosto en Cochabamba, los obispos de la Iglesia Católica se reunieron por primera vez con representantes de comunidades amazónicas para escuchar sus necesidades, preocupaciones y demandas que puedan contribuir al próximo Sínodo de la Amazonía que se realizará en Roma en octubre próximo.

Entre los representantes indígenas se encontraban los representantes de los pueblos indígenas afectados por los proyectos hidroeléctricos en la Amazonía boliviana-brasileña: Valentín Luna y Herlan Domínguez, quienes son parte del Comité Binacional en Defensa de la Vida Amazónica en la Cuenca del Río Madera.

“Hemos leído las conclusiones y hemos explicado los alcances del encuentro en Guayaramerín de julio pasado. Hemos indicado que no se construyan más represas en la cuenca del Río Madera, por los grandes efectos a poblaciones locales, comunidades campesinas, pueblos indígenas, pequeñas localidades y ha sido incluido en la declaratoria”, informó Domínguez.

Varias organizaciones indígenas se reunieron en La Paz y Guayaramerín entre junio y julio de este año, con la finalidad de articularse a nivel nacional y también con similares agrupaciones de Brasil y Colombia para rechazar la construcción de megarepresas hidroeléctricas que afectarán no sólo su integridad y la de sus hijos, sino también la biodiversidad y territorios donde se planean ejecutar estos proyectos. En Bolivia se apunta, entre otros, a los proyectos hidroeléctricos de El Bala y Chepete en La Paz.

En su declaración emitida ayer, la CEB hizo énfasis en su preocupación por los incendios que actualmente afectan a los bosques de la Chiquitanía de Santa Cruz y el Chaco, por lo cual pidieron declarar pausa ecológica para cultivos en esas regiones, además de revocar las autorizaciones de desmontes y chaqueos.

Este es el pronunciamiento emitido por la Iglesia:

Nuestra Casa Común está en llamas

Mensaje desde el “Encuentro de Obispos con Pueblos y Comunidades Amazónicas de Bolivia”

Clamor ante la catástrofe de los incendios en la Amazonía boliviana

Reunidos en Cochabamba los Obispos y los delegados de las Comunidades Amazónicas de Bolivia en la preparación del Sínodo sobre la Amazonía que tendrá lugar en el Vaticano el próximo mes de Octubre, nos sentimos todos consternados, indignados y casi impotentes ante la catástrofe de los incendios forestales ocurridos en la Chiquitanía y en el Chaco durante estos últimos días. Nuestra Casa Común está herida de muerte pues cerca de un millón de hectáreas de nuestro bosque amazónico se consume bajo las llamas del fuego.

Los daños son enormes, aunque todavía incalculables, y afectan a la salud humana, a las formas de vida de las comunidades indígenas, a la biodiversidad y a los servicios ambientales.

Trágicas consecuencias de este desastre ecológico

Las consecuencias de este desastre ecológico son múltiples y trágicas porque, en poco tiempo, constataremos la pérdida de biodiversidad, la contaminación de la tierra, del aire y del agua, la peligrosa deforestación y la escasez de medios de subsistencia de sus pobladores. Son efectos nefastos que no tienen precedentes históricos, repercuten más allá de nuestras fronteras, particularmente con el territorio hermano de Brasil y, como dice el Papa Francisco, en su Encíclica Laudato Si’, “cuando esas selvas tropicales son quemadas o arrasadas para desarrollar cultivos, en pocos años se pierden innumerables especies, cuando no se convierten en áridos desiertos”. En efecto, el ciclo hidrológico se altera drásticamente y, en este caso, puede ser causa de intensas sequías y desertificación tanto en la Amazonía como en la región de los Andes.

Denuncia profética de las causas: un decreto imprudente

Al percibir que esta catástrofe es el resultado de la acción humana, tenemos que ejercer nuestra misión profética para buscar y denunciar abiertamente sus causas. Nos parece irresponsable por imprudente el decreto supremo nº 3973 del gobierno nacional, del mes de julio pasado, mediante el cual se autorizan las quemas “controladas” de terrenos y el desmonte, pero no se articulan las medidas sobre las condiciones y mecanismos para el control efectivo de las mismas, lo cual favorece los chaqueos ilegales. El decreto es, además, temerario y evidencia el desconocimiento real de los fuertes vientos y de la sequía prolongada de esta estación en el oriente boliviano. Realmente nos quedan serias dudas sobre las motivaciones de los últimos asentamientos humanos en la zona amazónica que pretenden convertir zonas forestales en agrícolas sin razones éticas que los avalen.

El imperio de la lógica del capitalismo depredador de la naturaleza

Creemos que todo ello responde a la lógica imperante, también en nuestro país, del capitalismo tecnocrático y agresivo con la hermana madre tierra y a un modelo de desarrollo consumista y depredador de la naturaleza, que se manifiesta en los grandes proyectos hidroeléctricos y de exploraciones de hidrocarburos, la ampliación de las fronteras agrícolas, la demoledora construcción de carreteras y la vieja lógica extractivista.

Con ello se está atentando contra los derechos de los pueblos indígenas, consignados en la  legislación boliviana, entre otros, el derecho a ser informados y consultados sobre todas estas intervenciones.

Acciones solidarias, eficientes y legales para afrontar la catástrofe

Por eso, como Iglesia, nos unimos en solidaridad al dolor y al clamor de la tierra y de los habitantes de estos territorios, en especial a sus pueblos indígenas, custodios de la Casa Común, ofreciendo ayuda material y donaciones. Valoramos el esfuerzo comprometido de las personas e instituciones que afrontan con responsabilidad y sacrificio todo lo que está pasando en la incendiada Amazonía.

Pedimos a todas las autoridades y al gobierno nacional que destinen urgentemente los recursos necesarios para combatir el fuego y que gestionen con transparencia la ayuda internacional adecuada para que los afectados puedan recuperarse y para evitar que este desastre se torne incontrolable e irreversible. Asimismo exigimos al gobierno nacional declarar las áreas de bosques afectados por el fuego como tierras de inmovilización, con pausa ecológica y absoluta prohibición de todo cultivo y extracción, promoviendo sólo actividades de reforestación. Además se deben revocar de inmediato las autorizaciones de desmontes y chaqueos y, al mismo tiempo, hacer una auditoría técnica de las autorizaciones realizadas que permita sancionar legalmente a los responsables de esta catástrofe amazónica.

Nos unimos en oración a Dios, el Creador, pidiendo por los hermanos damnificados e implorando la lluvia y la toma de conciencia de todos sobre el cuidado de la Casa Común.

La Iglesia en la Bolivia Amazónica