La Directora del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA Santa Cruz), Sheyla Fátima Martínez, indicó que en el Conversatorio sobre Justicia de Género que se llevó el miércoles, se evidenció que aún existe mucha violencia de tipo físico y psicológico dentro de los hogares, por lo que se debe mejorar este aspecto para que las mujeres empoderadas indígenas tengan acceso a una vida libre de violencia y al ejercicio pleno de sus derechos.
«Existe mucha violencia de tipo físico y psicológico dentro del hogar y eso preocupa a todas las mujeres», señaló Martínez.
Expresó que el objetivo del conversatorio fue generar un espacio de reflexión y análisis crítico sobre el aporte que realizan las mujeres indígenas empoderadas desde sus municipios con iniciativas económicas, igualdad de oportunidades y de género.
«Las tres expositoras van generando sus propios ingresos y autonomía económica, sus propios espacios de negociación en sus hogares y en las comunidades, donde puedan tener ellas la misma igualdad de género», explicó.
En el conversatorio las expositoras fueron: Manuela Arlena Algarañaz, Gran Cacique de la Asociación de Cabildos indígenas de San Ignacio de Velasco del corazón de la Chiquitanía; Agustina Aponte, presidenta de la Asociación de Mujeres Buscando Nuevos Horizontes de Palmarito de la Frontera; y, Margoth Peña, Productora de Sistemas Agroforestales de Laguna Corazón (Guarayos), que explicaron su llegada al empoderamiento económico, demostrado liderazgo y haciendo respetar sus derechos como mujeres desde lo financiero, cultural y social.
Asimismo, en el conservatorio se explicó que aún falta mucho por recorrer, en la participación activa del género masculino, puesto que el hombre habla de ayudar a la mujer con la crianza de los hijos y estas mujeres dicen que es responsabilidad de ambos, lo que se refiere al cuidado de la familia, los hijos, sus alimentación y educación, dijo Martínez.
«Ambos tienen que aportar a la casa de manera equitativa, tanto el hombre como la mujer y desde el punto de vista de ellas hace falta un mayor reconocimiento al rol económico que tienen las mujeres», apuntó.
En la misma línea la Oficial del Programa DIAKONIA Bolivia, Patricia Tellería, expresó que esta iniciativa hace parte del programa de apoyo a varias organizaciones sociales en el país en el ámbito de derechos humanos hasta los derechos de las mujeres en trabajo conjunto con CIPCA.
«Este conversatorio que organizaron como institución fue muy valioso porque invitaron a varias compañeras y mujeres indígenas de diferentes organizaciones a compartir sus experiencias de cómo han sido sus iniciativas productivas, pero absolutamente todas por el sello que les da CIPCA, vinculadas al ejercicio de derecho», remarcó.
También informó que todas las experiencias le agradaron, ya que vienen de mujeres emprendedoras y comprometidas con su trabajo, pero que se debe trabajar bastante en fortalecer la autoestima de las mujeres, porque las expositoras comentaron que en un principio les costó presentar sus ideas ya que muchas veces prevalecía el machismo.
Mujeres indígenas y el empoderamiento económico
Manuela Arlena Algarañaz, Gran Cacique de la Asociación de Cabildos indígenas de San Ignacio de Velasco del corazón de la Chiquitanía, contó que en su comunidad se ha ido trabajando en la inclusión de políticas públicas para mejorar la calidad de vida de las mujeres en diferentes rubros a nivel productivo.
«Estamos fomentando a la participación de mujeres en espacios públicos, para dar acceso a financiamiento productivo para artesanías y sistemas agroforestales», mencionó.
En el proyecto se está trabajando en diferentes ángulos y temas, pero aparte se ha creado otra organización dentro de las mismas que es la Organización de Mujeres Indígenas Chiquitanas de San Ignacio de Velasco, en donde se han ido tratando temas específicos como la visión desde la necesidad de la mujer donde estamos teniendo bastantes avances como es el caso del empoderamiento de la mujer a nivel tanto social como económico para mejorar las condiciones de vida.
Comentó que el objetivo principal es llegar a todos los puntos de su región y el de eliminar la violencia adentro de los hogares, el maltrato físico y psicológico.
«Decirles a las hermanas indígenas de esa zona que nada es imposible, si seguimos unidas como mujeres a pesar de la distancia, decir que dentro de nuestro territorio seguimos en la lucha por crear igualdad entre todas las mujeres y que se nos brinde las oportunidades de seguir adelante», fueron las palabras de aliento de Manuela.
Por otro lado la presidenta de la Asociación de Mujeres Buscando Nuevos Horizontes de Palmarito de la Frontera, Agustina Aponte, dijo que en sus asociación son 13 mujeres y que llevan 23 años, que con el tiempo fueron disminuyendo las participantes, por el tema de que los hombres han tratado de coartar la libre expresión de sus esposas obligándolas a que se queden en sus casas o que trabajen con el marido.
«De a poco fuimos creciendo y después ingresaron nuevas mujeres a nuestra asociación, varias también se salieron por temas de sus esposos que no las dejaron ya participar».
Indicó que el proyecto en el que están es el del aceite de cusi, ya que son ellas quienes lo hacen y también lo comercializan de forma comestible y cosmética.
«Hemos ido hablando con distintas ONGs para que se nos pueda ayudar y complementar con algunas cosas que no tenemos, así es que hemos podido conseguir diferentes maquinarias y artefactos para la industria del aceite que nos son de mucha utilidad y que gracias a Dios ahora nos da lo necesario para vivir y que nos da lo necesario este proyecto», finalizó Agustina.
Fuente: http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/noticias.php?a=2019&md=0705&id=295000