Sociedad civil en América Latina recibe escasa financiación y apoyo para realizar trabajo crítico de cambio político y social

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6 de
septiembre, 2019
—Por 

Civicus

En Guatemala, un político conocido por sus ataques a la sociedad civil es el nuevo presidente electo. El gobernante de México recientemente anunció que cortaría toda la financiación estatal a las OSC. En Brasil, su mandatario está intentando culpabilizar a las OSC por los incendios que devastan la Amazonía.  

A lo largo de América Latina, las OSC están liderando cambios contra políticas públicas represivas, velando para que los gobiernos rindan cuentas sobre sus actos y promoviendo transformaciones sociales reales y positivas. Y por este trabajo se están convirtiendo en el centro de ataques de varios gobiernos represivos que se oponen a sus objetivos. 

Sin embargo, los donantes que proveen financiación clave para las OSC latinoamericanas no están brindando suficiente apoyo para el trabajo clave de la sociedad civil, según indica un nuevo estudio.

El informe “Acceso a recursos para las organizaciones de la sociedad civil de América Latina: datos y retos” presenta una revisión de más de 6.500 convocatorias para propuestas de financiación, las cuales suman un total de USD 5.900 millones, ofrecidas entre 2014-2017 por 2.000 donantes. El estudio fue elaborado por la alianza global de la sociedad civil, CIVICUS, y la startup de impacto social, Innpactia.

El análisis encontró que solo el 12 % de los recursos rastreados fueron ofrecidos de forma exclusiva a las OSC, incluyendo OSC internacionales y de América Latina. Para las OSC de América Latina específicamente, los recursos exclusivos rastreados correspondieron a menos de 3 % de los fondos.   

“Apoyar y brindar recursos para una sociedad civil independiente, diversa y sostenible en la región ha cobrado mayor importancia que nunca. Pero la insuficiencia de fondos exclusivos para la sociedad civil expuesta por nuestro análisis indica una falta de reconocimiento de los roles únicos e irremplazables de la sociedad civil”, dijo Clara Bosco, encargada del área del tema de recursos para la sociedad civil en CIVICUS. 

“¿Cómo pueden las OSC cumplir con sus roles claves con tan poca inversión de los principales donantes para el desarrollo”,  agregó Bosco. 

La financiación y el apoyo de donantes bilaterales, multilaterales y privados ha sido históricamente una fuente clave de ingreso para las OSC en América Latina. Sin embargo, además de demostrar que han ofrecido muy pocos recursos en los últimos años, los datos destacan que los tipos de financiamiento ofrecidos, las actividades apoyadas y la forma en que los donantes diseñas las convocatorias no se alinean con las necesidades más urgentes de la sociedad civil latinoamericana y pueden poner a las OSC en desventaja. 

Por ejemplo, los donantes han hecho inversiones muy bajas en temas clave como los derechos humanos, la abogacía política y el activismo. Apenas 6 % de los fondos accesibles a las OSC en la región apoyaba estos temas, a pesar de la creciente polarización política, el avance del nacionalismo de derecha, los ataques sobre la democracia y la represión de los derechos humanos que se vive en muchos países de América Latina. En contraste, los proyectos relacionados con educación contabilizaron la mayor inversión, el 25 % de los fondos accesibles a las OSC.

Los donantes tampoco están invirtiendo suficiente en fortalecer la resiliencia y sostenibilidad de las OSC. Menos de 3 % de los fondos accesibles a estas organizaciones se destinaban para financiar operaciones básicas y el fortalecimiento y sostenibilidad institucional. El resto de los fondos se ofreció para la implementación de proyectos, usualmente para brindar servicios básicos. La falta de financiación para el fortalecimiento organizacional limita las posibilidades de las OSC de desarrollar capacidades, crecer y ser más sostenibles, así como de innovar y trabajar con autonomía, autodeterminación y flexibilidad. 

El reporte destaca que las OSC latinoamericanas enfrentan condiciones desiguales e injustas de acceso a la financiación. Al aplicar a las convocatorias, estas compiten principalmente con OSC internacionales, actores del sector privado y entidades estatales. 

También se encontró que los mayores donantes suelen publicar un número menor de convocatorias y ofrecen montos más grandes de fondos en cada una, una práctica que podría obstaculizar el acceso para las OSC pequeñas y locales, mientras favorece a competidores más grandes como OSC internacionales y organismos intergubernamentales. 

“Estos hallazgos son un llamado para que los donantes, gobiernos y organizaciones internacionales reformulen su función de apoyo para la sociedad civil y las formas en que se asigna esta financiación”, señaló Juan Lozano, fundador y primer ejecutivo de Innpactia. “La sociedad civil en América Latina ha estado dispuesta durante mucho tiempo para tomar un rol protagónico en el desarrollo de la región y en el progreso de nuestras democracias, de los derechos humanos y del medio ambiente, pero necesita un acceso más democrático a los fondos de impacto social”, enfatizó Lozano.   

Este reporte busca ayudar a cerrar brechas de conocimiento sobre la cantidad y calidad de recursos disponibles para la sociedad civil en América Latina y el impacto que los recurso y prácticas de financiación actuales tienen sobre la configuración de las OSC, su alcance de acción, autonomía y sostenibilidad. 

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