Estos resultados se basan en los datos publicados hoy por el CIVICUS Monitor, un proyecto global de investigación colaborativo cuyo objetivo es la evaluación y el seguimiento del respeto de las libertades fundamentales en 196 países.
CIVICUS acaba de publicar El Poder Ciudadano Bajo Ataque, un nuevo informe que pone de manifiesto que casi seis de cada diez países están restringiendo gravemente las libertades fundamentales de asociación, reunión pacífica y expresión de las personas. Esta proporción refleja la crisis continua a la que se enfrentan las organizaciones de la sociedad civil y los activistas de todo el mundo y, además, pone en relieve el hecho de que el espacio para el activismo cívico se ve con frecuencia socavado a través de la censura, los ataques contra periodistas y el acoso a defensores y defensoras de los derechos humanos.
centered image
El informe se basa en datos del CIVICUS Monitor – un proyecto de investigación colaborativo – y muestra que la sociedad civil es objeto de graves ataques en 111 de los 196 países analizados, es decir, casi seis de cada diez países de todo el mundo. Esta cifra es superior a la de nuestra última actualización de marzo de 2018 en la cual se contabilizaban 109 países. En la práctica, esto significa que la represión del activismo cívico pacífico sigue teniendo nefastas consecuencias para la sociedad civil en todas partes del mundo, ya que sólo el 4% de la población mundial vive en países donde los gobiernos respetan debidamente las libertades de asociación, reunión pacífica y expresión.
La clasificación del espacio cívico de nueve países ha empeorado en esta última actualización mientras que ha mejorado la de otros siete. La situación se ha degradado en Austria, Azerbaiyán, Gabón, Kuwait, Italia, Nauru, Papúa Nueva Guinea, Tanzania y Senegal, y ha mejorado en Canadá, Ecuador, Etiopía, Gambia, Liberia, Lituania y Somalia.
El informe El Poder Ciudadano Bajo Ataque también ofrece un análisis sobre los tipos de violaciones más frecuentes registradas en el CIVICUS Monitor durante los últimos dos años. A nivel mundial, los ataques contra periodistas y la censura representan los dos tipos de violaciones más comunes, lo que indica que los que tienen el poder están haciendo todo lo posible por controlar el discurso colectivo y reprimir la libertad de expresión. El hostigamiento de activistas y el uso excesivo de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad durante las manifestaciones son el tercero y cuarto tipo de violación más común registrada en el CIVICUS Monitor desde octubre de 2016.
«Aunque existe una gran preocupación por la proliferación de leyes restrictivas y no sin razón, nuestros datos muestran que no son más que la punta del iceberg. Las medidas extrajudiciales, como los ataques contra periodistas o manifestantes, son mucho más comunes», declaró Belalba. «Estas tácticas han sido concebidas de forma cínica y pretenden crear un efecto disuasivo y evitar que los demás se expresen o se conviertan en ciudadanos activos».
Los datos publicados hoy por CIVICUS también traen buenas noticias. Tanto en los siete países en los que mejoró la clasificación del espacio cívico como en otros lugares, vemos pruebas claras de que el activismo pacífico puede obligar a los gobiernos represivos a seguir un camino diferente. En Etiopía, por ejemplo, tras años de disturbios y una fuerte represión de todas las formas de disidencia, el 2018 supuso un giro notable. El nuevo primer ministro, Abiy Ahmed, ha liberado a presos políticos, ha suavizado las restricciones impuestas sobre las comunicaciones electrónicas y ha logrado importantes avances en la reforma de algunas de las leyes más represivas del país. Los cambios en el liderazgo político en Gambia y el Ecuador también han conducido a un mejor entorno para el ejercicio de las libertades fundamentales.
«Las recientes mejoras en Etiopía muestran lo que se puede lograr cuando existe voluntad política y cuando los líderes toman decisiones valientes para responder a los llamamientos de la sociedad civil», afirmó Belalba. «Este debería ser un ejemplo para los países represivos de todo el mundo. Al eliminar las restricciones y proteger el espacio cívico, los países pueden aprovechar el verdadero potencial de la sociedad civil y acelerar su progreso en una gran cantidad de frentes».
Más de veinte organizaciones colaboran en el CIVICUS Monitor con el objetivo de proporcionar una base empírica para llevar a cabo acciones destinadas a mejorar el espacio cívico en todos los continentes. El Monitor ha publicado más de 1,400 actualizaciones sobre el espacio cívico en los últimos dos años y dichos datos son analizados en el informe People Power Under Attack. El espacio cívico de 196 países queda clasificado en una de las cinco categorías disponibles – cerrado, reprimido, obstruido , estrecho or abierto – siguiendo una metodología que combina varias fuentes de datos sobre las libertades de asociación, reunión pacífica y expresión.
Fuente: https://monitor.civicus.org/ElPoderCiudadanoBajoAtaque/