La Mesa de Articulación de Asociaciones Nacionales y Redes de ONG de América Latina y el Caribe respalda firmemente la Declaración de las Organizaciones de la Sociedad Civil: Dos Monólogos no hacen un Diálogo, presentada en el marco del Tercer Foro de los países de América Latina y el Caribe sobre Desarrollo Sostenible.
Nos unimos de manera clara e inequívoca al llamado formulado por la sociedad civil latinoamericana y caribeña sobre la necesidad de cesar los ataques a la democracia y a los derechos humanos en la región, sin los cuales no será posible avanzar en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Si bien la MESA de Articulación valora positivamente la idea original de establecer un espacio de seguimiento y de revisión de la implementación de la Agenda 2030, cabe señalar al respecto que el diseño y desarrollo del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre Desarrollo Sostenible no ha estado a la altura del desafío que una implementación transformadora y participativa de la Agenda 2030 implica para nuestras sociedades.
Existen varios elementos que pueden explicar esto: la falta de voluntad política a nivel nacional para traducir en un sistema de políticas públicas integradas -e integradoras- la calidad transformadora de la Agenda; la reducción del espacio cívico y el diálogo democrático en muchos países de la región; la debilidad del sistema multilateral de ALC; las divisiones políticas que atraviesan la región y que han polarizado el diálogo regional, debilitando aún más los procesos multilaterales; la calidad voluntaria de la Agenda, que no ha logrado motivar lo suficiente a nuestros países a aplicarla de manera sistemática y sustancial.
El Foro no se ha constituido como un proceso continuo en el tiempo, con reuniones temáticas y subregionales que animen el proceso de diálogo político sobre la implementación de la Agenda. Debemos avanzar para que el Foro pueda ser establecido como un verdadero espacio horizontal multi-actor, donde cada sector pueda aportar al debate y a la construcción de consensos de manera abierta, estable y ordenada.
Asimismo, destacamos la necesidad de un mayor compromiso de nuestros gobiernos para garantizar un espacio significativo para la participación de la sociedad civil en el proceso de implementación de la Agenda 2030 a nivel regional y nacional.
A nivel nacional, los avances en la participación de los actores no gubernamentales, particularmente las Organizaciones de la Sociedad Civil en cada país han sido insuficientes. Los Consejos Nacionales que se han formalizado, son desiguales en su representación y facultades, no tienen mandatos, objetivos ni metodologías claras, por lo que no aseguran procesos de participación e incidencia efectiva en el diseño, implementación y seguimiento de las Estrategias Nacionales para cumplir con la Agenda 2030 – ni se vinculan de manera significativa con el ciclo de políticas públicas. Por ello demandamos a nuestros gobiernos la promoción y formalización de mecanismos de participación vinculantes que reconozcan a todos los actores no gubernamentales como agentes del desarrollo.
Los desafíos económicos, sociales y ambientales de la región, los cuales se reflejan en altos niveles de endeudamiento, en un deterioro de los recursos naturales, y en precarios servicios sociales tal y como se expone en el Informe de Avance Cuatrienal sobre el progreso y los desafíos regionales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible en América Latina y el Caribe, nos indican que el concepto de desarrollo sostenible – y la implementación de la Agenda 2030 como sistema- amerita de cambios culturales profundos y una reorientación de los modelos de desarrollo, por lo que este proceso necesita ser acompañado por un diálogo permanente a través de un debate público que permita la participación informada y propositiva de todos los actores sociales.
Por otro lado, recordamos el tema central del financiamiento para el progreso de la Agenda 2030, teniendo en cuenta que en todos nuestros países es necesario innovar en la movilización de recursos suficientes para financiar el cumplimiento de los 17 ODS y sus 169 Metas; también es necesario reafirmar que, más allá de las priorizaciones que se han convenido en cuanto algunos de los Objetivos, no se debe olvidar la integralidad de la Agenda 2030.
En este marco, la convergencia necesaria para la implementación de la Agenda implica que los procesos decisionales se basen en acuerdos amplios entre los diferentes actores sociales e institucionales, que provean de legitimidad al sistema decisional. Por otro lado, el diálogo y la puesta en debate a nivel regional representa en sí mismo un acto democrático, ya que permite ampliar la conciencia democrática de los actores sociales, de promover la cultura de la concertación – lo que también podría replicarse de manera positiva dentro de los procesos de implementación a nivel nacional.
Por estas razones, reafirmamos que la Agenda 2030 debe ir acompañada de mecanismos adecuados para la participación de la Sociedad Civil; donde el ejercicio del derecho a participar debe asegurarse de manera articulada, informada, estructurada, transparente y autónoma, garantizando la inclusión de la sociedad civil en toda su diversidad.
Santiago de Chile
26 de abril, 2019